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Salomón Valderrama / El Rincón del Diablo - poesía

 

 

Torre de la voz...

 

Sólo el silencio te aguarda

Contra el tiempo

 

Torre de la voz... una olvidada sueñas

Arte en realidad, que no moría

Del dormir, anestesia, ya no un día

Punto, en que no morir... al abismo sueñas

 

Realeza invertida de los cielos... Hades

Pregunta amores, mudos, de la guitarra

Zeus, jinetes de las, luz de la, chatarra

María sin Fe, infecto de los Andes

 

Des ne éxtasis eternidades miras

Descubrir presionante aguas del secreto

Profusión de aquella noche, en cuerpo, iras

 

Abstracto del cantar, como la luz... rocar

Juega en la luz hasta no morir concreto

Arte del Final, no volverte a no tocar

 

 

 

 

Refracción

 

De aburrido, aun monja te desvisto:

Regatas del Sur, invencible, practico...

 

Elevación, maldición que me contempla

Trastocar en frágiles economías:

Masturbar bellezas, pulular poesías...

Latido, deslatido, el que me templa

 

Firmar, fechar muerte... oh libre perdición.

Inventar sensualidad, besar, derrotar...

Alucinaciones contar hasta matar.

Juez del arte dormirte, ajena ilusión

 

Como mártir del dolo... oh cosa amada.

Color, motor de la mente; quitar arte.

Oh muerte sola... vivirte y matarte

Rosa, ¡oh hermosa descorazonada!

 

Asentada... mirar al viajar, copular

Lacra o impura loca del estilo

Ante la no luz... de boca me destilo:

Todo prohibir para encontrar y volar...

 

 

 

 

Rimac

 

Oscuridad de no decir por aquí...

Por aquí se ha perdido.

 

Negro de ir... escapar al sueño vivo

Cual color no elegido por figura

Atravesar la última nota oscura

Cual Poesía: Carta de la Nada

 

Comenzar una eternidad que termina

Principiante del deísmo carcomido

Bosque de la nueva virtud que olvida

Encerrar deidad que humilla el brinco

 

Lo que no me roba... integrarlo todo

Mar, sangre, ilimitud... ver así no mío

Revivir decreto de lo no prohibido

 

Desposar como la insana voz del lunes

Resucitar herido... hombre tardío

Por la paz, inercia en sueños robóticos

 

 

 

 

Gymnopédies

 

no digo nada, no persigo el cielo

ni la estación, existo hacia lo extenso

donde hacia me levó tu veloz vuelo!

José Pancorvo

 

En nos... terrible, pienso: Volcán de la memoria

Inmoral... no olvido, no violación, no final

Llorar... desempolvar: Atormentar de criminal

Decir No... decir Sí... horrible la cosa palmaria

 

A disparar, oler... la daga que me invita

Holgura del morir, no a sí, santificado

Lujuria por no comer... partir justificado

Prontitud de no ver. Todo... ¡lo que aun no grita!

 

Núcleo, todo de materia sin superficie

Preámbulo de velocidad... Rescatar :: Vago

Revestir para mentir... Temprano... sola especie

 

Piojos verdes y sólidos... estás de aguante

De no bailar... no libertad total, no estrago

Destino on refugio, piano del inconstante...

 

 

 

 

Amórfor

Construyo en mis dos ojos tuertos
La maravilla que será...

Non omnis moriar...

 

Cuando superestructura un verso es el soñante:

¡Órgame la gala impía de hacer poesía!

Magma, envés de sangre bebida, cristianía;

Contar las luces de Buda, carne, esperante...

 

Donde el último soneto se escribiera:

Vuelo mortal despertar, evo, anacoreta;

Rosa mente en torcida de soga viviente...

Hasta soneto no hereditario no viviera.

 

Soñar desaparecer de amor y en todo:

Despierto y no soñando de amor me embarazo,

Delicado en amor de no cierto en tu regazo,

Científico, dador... reaparecer de amor.

 

Urubamba de flores en los ríos prohibidos...

Derrumbo no visto, enigmático, conciso.

No eres mono en el que me reconozco amor,

Espolón en que danza invierno himero.

 

 

 

 

Los Funerales de Atahualpa

 

Para mis amigos, los inmortales, de El Averno

 

No existe límite seguro en esto de morir para ser filmado

Si hasta parece ser que siempre se ha rezado para morir...

Qué contemplación hermosa puede haber en esto de vivir

Hijo del no rezado, del no parido

Tú puedes ser blanco pero yo soy la sombra del ilimitado

El negativo de rezar

El negativo de morir

Soy el Fin, el bello, el imaginado

El llano, el puro, el llorado

Soy la poca fe de los espejos

Pero me verás y seré tu premio

Raza, rasgo inmortal para ser americano

Y despertarás... Corazón oscuro dirás:

¡Qué negativo el de vivir dormido!

 

 

© Salomón Valderrama

 

 

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